lunes, mayo 29, 2006


Estoy leyendo el material que nos han entregado sobre la elaboración de guías docentes. No se de donde ni como, pero parece que incorporarse al Espacio Europeo de Educación Superior supone (quizás se puede entender como si fuese lo único) elaborar una guía docente. Creo que es una falacia, en nuestro caso eso no está significando nada en absoluto, supongo que no tiene sentido que cada uno por su cuenta, en estos momentos, se ponga a hacer una preciosa guía, replicando de alguna manera lo que hacía en el programa. En mi caso, para repensar la docencia, necesito con urgencia, discutir con mis colegas que comparten plan de estudios, la secuencia, las propuestas y los enfoques. Ponernos de acuerdo en esto sería lo mínimo.
¿Es una utopía? en el contexto universitario en el que me muevo parcece que si.
Por otra parte, la propuesta de formación que se está haciendo, atendiendo al mismo propósito (el famoso EEEES) está enfocado hacia estas cuestiones instrumentales, y no al análisis de lo que está significando la docencia para el profesorado universitario. ¿Cómo concentrarse en ella cuando todavía estamos presionados por las medidas de calidad de la investigación? ¿Cómo profundizar en las propuestas y hacer seguimientos de los alumnos cuando la medida del éxito está dada por la cantidad de proyectos de investigación (y de dinero) que eres capaz de gestionar?
En esos procesos formativos, la voz que se escucha es la de los formadores, que dicen "como deben ser las cosas": cómo diseñar materiales, cómo trabajar la labor tutorial, cómo hacer la guía docente. Pero no se escuchan las voces del profesorado que grita (en silencio) por sus condiciones de trabajo, por las presiones que está sintiendo con cada vez más fuerza.
Al hilo de esto he estado releyendo el magnífico libro de Goodson "Historias de vida del profesorado" En el capítulo ¿Por qué abandonan la docencia las mujeres activistas progresistas? Dathleen Casey dice y en parte me parece que me siento de esta manera:
" A fuerza de omitir las voces de los profesores y profesoras corrientes, lo que hace en realidad la bibliografía sobre las carreras profesionales de los docentes, es silenciarlas. Metodológicamente esto signigica que, aunque estemos estudiando un tema en el que la toma de decisiones tiene una importancia capital, los investigadores especulan acerca de las motivaciones del profesorado o, en el mejor de los casos, las estudian a partir de una serie de opciones prederminadas. Teóricamente lo que se desarrolla es una visión instrumental del profesorado, reduciéndolo a la catergoría de objeto que puede ser manipulado para alcanzar deteminados fines. Políticamente el resultado es una política educativa edificada sobre el oportuno sistema de recompensas y penalizaciones institucional, más que sobre la búsqueda de una coherencia con el deseo de los docentes de dar sentido a sus vidas" y a su trabajo diría yo.
Esto también viene a cuento de las famosas evaluaciones de los alumnos, que en mi universidad es la "única" que se realiza al profesorado y a su función. De allí se saca una media que da la "medida" de tu docencia. Sin comentarios.