Estoy leyendo el material que nos han entregado sobre la elaboración de guías docentes. No se de donde ni como, pero parece que incorporarse al Espacio Europeo de Educación Superior supone (quizás se puede entender como si fuese lo único) elaborar una guía docente. Creo que es una falacia, en nuestro caso eso no está significando nada en absoluto, supongo que no tiene sentido que cada uno por su cuenta, en estos momentos, se ponga a hacer una preciosa guía, replicando de alguna manera lo que hacía en el programa. En mi caso, para repensar la docencia, necesito con urgencia, discutir con mis colegas que comparten plan de estudios, la secuencia, las propuestas y los enfoques. Ponernos de acuerdo en esto sería lo mínimo.
¿Es una utopía? en el contexto universitario en el que me muevo parcece que si.
Por otra parte, la propuesta de formación que se está haciendo, atendiendo al mismo propósito (el famoso EEEES) está enfocado hacia estas cuestiones instrumentales, y no al análisis de lo que está significando la docencia para el profesorado universitario. ¿Cómo concentrarse en ella cuando todavía estamos presionados por las medidas de calidad de la investigación? ¿Cómo profundizar en las propuestas y hacer seguimientos de los alumnos cuando la medida del éxito está dada por la cantidad de proyectos de investigación (y de dinero) que eres capaz de gestionar?
En esos procesos formativos, la voz que se escucha es la de los formadores, que dicen "como deben ser las cosas": cómo diseñar materiales, cómo trabajar la labor tutorial, cómo hacer la guía docente. Pero no se escuchan las voces del profesorado que grita (en silencio) por sus condiciones de trabajo, por las presiones que está sintiendo con cada vez más fuerza.
Al hilo de esto he estado releyendo el magnífico libro de Goodson "Historias de vida del profesorado" En el capítulo ¿Por qué abandonan la docencia las mujeres activistas progresistas? Dathleen Casey dice y en parte me parece que me siento de esta manera:
" A fuerza de omitir las voces de los profesores y profesoras corrientes, lo que hace en realidad la bibliografía sobre las carreras profesionales de los docentes, es silenciarlas. Metodológicamente esto signigica que, aunque estemos estudiando un tema en el que la toma de decisiones tiene una importancia capital, los investigadores especulan acerca de las motivaciones del profesorado o, en el mejor de los casos, las estudian a partir de una serie de opciones prederminadas. Teóricamente lo que se desarrolla es una visión instrumental del profesorado, reduciéndolo a la catergoría de objeto que puede ser manipulado para alcanzar deteminados fines. Políticamente el resultado es una política educativa edificada sobre el oportuno sistema de recompensas y penalizaciones institucional, más que sobre la búsqueda de una coherencia con el deseo de los docentes de dar sentido a sus vidas" y a su trabajo diría yo.
Esto también viene a cuento de las famosas evaluaciones de los alumnos, que en mi universidad es la "única" que se realiza al profesorado y a su función. De allí se saca una media que da la "medida" de tu docencia. Sin comentarios.
1 Comments:
Estimada Adriana, soy profesor de una universidad privada española y al leerte siento que me escucho a mi mismo.
Yo soy sudamericano, y una de las razones que me impulsó a quedarme en España (además de mi matrimonio con una española) fué "el poder vivir de dar clases en una universidad". Actualmente me siento más frustado que cualquier otra cosa. Mientras hacia el doctorado en la complutense veía como todas las becas, plazas de ayudantes, colaboraciones, etc. iban a parar a aquellos doctorandos escogidos a dedo para luego ser una especie de "siervos de la gleba" del señor feudal catedrático, el cual bajo su protección podría ser que ganaras el cielo después de muerto (la plaza después de doctorarte), pero si no cedías a su yugo te tocaba vagar sin destino cierto. Luego observe que la investigación seria (cuando digo seria me refiero a aquella plubicable en una revista top 20) no era muy importante, que la docencia de los siervos era lo que lograba el balance de poder de los señores feudales, ya estos buscarían proyectos de tercera de un amigo del ministerio para premiar a sus siervos.
Luego, el dar tumbos porque se me había acabado el financiamiento, y al no ser candidato a siervo por provenir de un reino barbaro y no tener permiso de trabajo adivinar lo que tuve que hacer, de todo menos algo compatible con la elaboración de una tesis.
Luego llego mi primera experiencia docente en la Carlos III, llegue a un reino donde ya había comenzado el renacimiento, no había tanta burocracia, había gente que investigaba de verdad, la docencia era la mínima de manera que podías dedicar a investigar, cosa que si no hacías te expulsaban del reino con una gran probabilidad de tener que convertirse siervo en un reino feudal.
Luego con el matrimonio llegaron los papeles y comenzó mi experiencia con la universidad privada.
Bueno, 15 horas de clases a la semana, dedicación exclusiva a complacer el alumno, cero investigación, repito que creo que no ha impactado mucho, CERO investigación, labores de "gestión" que van desde hacer manuales de procedimientos que nadie lee hasta atender niños que vienen desde colegios de la provincia a visitar la universidad.
Y el gran lema y obetivo único de la universidad, incorporarse antes que nadie al EEES, lo cual implica: evaluación continua (yo realizo una media de 15 evaluaciones a tres grupos, lo que resulta en tener que corregir evaluaciones una semana si otra no durante el resto del año), incorporación de las nuevas tecnologías en la enseñanza (esto reconozco no me disgusta) y ahora antes de las vacaciones (y de mi finalización de contrato, con promesa a volver en octubre con otro contratucho) la gran labor para el curso próximo es ... la elaboración de las guías docentes, o el programa ampliado, las guias de estudio de la UNED resumidas o cualquier mierda que se le ocurra hacer al profesor en una semana que darán de plazo para realizarlas cuando lleguemos en septiembre.
Las guías docentes, la evaluación continua, el EEES en general no es malo per se, lo peligroso es su implementación puramente con fines estéticos. Las guías tienen que estar, las webpages tienen que tener algún contenido, hay que hacer la evaluación continua aunque sea a coste de aprobar a alumnos que no tengan idea. En mi universidad se premia eso, el que esten las cosas, no el que funcionen ni que estén bien hechas, solo que estén.
Como dices Adriana, si esto fuera un proceso en el cual la discusión del EEES fuera algo global donde nos sentamos a discutir y coordinar todos los profesores y adaptamos estos planes a nuestros programas particulares, sería una poderosa herramienta para limpiar y detectar vicios en la actual labor docente, pero lamentablemente ... no es así.
Y no es así porque entre muchas razones hay una que a mi me parece no sólo inútil sino hasta denigrante, el que tu performance en la universidad, el baremo de tu labor docente e investigadora, y por ende la determinación de tu sueldo, se encuentre en función de ... las encuestas de los alumnos. Esto es una larga discusión que voy a obviar.
Por último, desde mi punto de vista, no se debe olvidar que la docencia jamas debe estar por encima de la labor de investiación. Mi visión, probablemente equivocada, es que en España aún no se ha comprendido que ambas facetas del profesor universitario se encuentran totalmente fusionados; no puede haber buen docente que no investiga. Que es muy didáctico, OK, que la gente se entera mucho de lo que dice, OK, ahora ... eso es un buen docente??, creo que eso hay que reflexionarlo.
Disculpa el que haya descargado mis penas en tu blog.
Saludos, School teacher in college.
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