domingo, octubre 15, 2006
sábado, octubre 07, 2006
miércoles, septiembre 27, 2006
Hace tiempo que no escribo: el parate veraniego, la necesidad de tomar distancia... Sin embargo, la realidad nos golpea muy fuerte y parece que este año los del Ministerio se han tomado en serio a la Universidad y están sacando todas (creo) la mayoría de las cuestiones pendientes.
No voy a redundar en la descripción, solamente comentar que continúo teniendo muchas reservas frente a todo esto, porque en las universidades suele pasar que: a- siempre mandan los mismos, b- no prima el criterio de hacer mejor las cosas, sino de quién las hace y para qué; c- las peleas por ocupar espacios de poder ciega las mentes más preclaras en detrimento de la formación y la construcción del conocimiento....
Para muestra falta un botón, miremos lo que pasa en algunos departamentos como lo expone Vanity Fea.
Recnozco que la institución requiere un esfuerzo enorme de diplomacia y análisis de los recovecos para poder sobrevivir, pero no quiero que nos vendan la moto de la panacea, del no va más con esto de convergencia. Desde el punto de vista político-económico está respondiendo a medidas muy ligadas al neoliberlismo y a la privatización, con lo cual podremos caer en que estudiarán quienes tienen, sobre todo postgrados. Desde el punto de vista del cambio metodológico, las cosas se dificultan todavía mucho. Las estrucutras en las que estamos no nos deja movernos con facilidad, y no sabemos si los nuevos planes de estudios, serán reflejo de todo lo que tenemos hasta el momento: un diseño currricular compartimentalizado (cada uno es dueño de una parcela de conocimiento), con horarios rígidos, elaborados por mentes rígidas tambien. ¡¡¡¡¡Y esto en la sociedad del conocimiento¡¡¡¡¡¡
Por ejemplo: ¿cómo hacer una propuesta interdisciplinaria en un contexto organizativo de horario mosaico, en donde cada profesor/a es dueño de su hora y de su aula? ¿Como desarrollar alguna propuesta de innovación si te la impiden, porque se superpone una hora y el vicedecano de turno no quiere hacer el cambio correspondiente?
En resumen, lo instituido en la docencia universitaria entra en contradicción con la mayoría de los planteamientos que devienen de Bolonia, y de eso se está diciendo muy poco por el momento.
sábado, junio 17, 2006
Los que trabajamos en la universidad sabemos que en muchas ocasiones no estamos en donde se cuecen las habas, sino que somos utilizados para aportar ingredientes, sin que después podamos comer ni una tapa del suculento plato.
Con esto quiero decir que hay mucho de trabajo bajo cuerda, en una línea no explícita, de pasillo, o de acuerdos entre los que "saben" de estas cosas. Se arreglan las cosas antes de las juntas de facultad, o se entiende que en las comisiones "se habla antes". En los Consejos de departamento es más de lo mismo. Y ni qué hablar cuando se trata de elecciones.
Es curioso, pero de esto no puede estar al tanto todo aquel que está lleno de trabajos para corregir, o quien se esfuerza de hacer un seguimiento más o menos exhaustivo de los alumnos. Sin embargo, todo lo que se decide por otro camino, le afecta directamente en su trabajo y le condiciona enormemente, generando, entre otras cosas, esa sensación que estamos teniendo, con cada vez más frecuencia, de cansancio crónico, de burn out o de como quiera que se llame.
Se que la organización universitaria es muy compleja, pero sufro esa sensación de no estar siempre enterada de cómo se cocinan las cosas, sobre todo porque en lo explícito se dice lo contrario.
Tenemos que votar, tenemos que participar, se toman las decisiones colegiadas, el discurso avala un cierto sistema democrático que es perverso porque no es real.
Y los que mandan son siempre los mismos. Más o menos, aunque cambien las caras de vez en cuando.
Los otros días escuché de casualidad, y al pasar, un comentario de uno de estos mandamáses, sus palabras: no, el candidato tiene que tener menos de 45 años, y a ser posible, si es mujer, mejor.
Ahora toca que vayamos las mujeres, porque está de moda, porque queda bien, pero los que deciden eso son siempre los mismos, y nos invitan a que participemos de ese jueguito sin chistar.
Asi está la universidad hoy en día, mandando estos, o los otros. Desde mi punto de vista, que es desde un punto, mi propia facultad, la situación es exasperante, porque a lo de siempre, se une la imposibilidad de ver, en el futuro próximo, algo un poco mejor.
Creo que nadie se preocupa por la formación o por la investigación en realidad, la preocupación central está dada por encontrar espacios de poder que te permitan obtener dinero para proyectos que te de algo de respetabilidad en la institución. No importa el contenido de lo que hagas, sino lo que logres acumular. Y así estamos....
miércoles, junio 07, 2006
lunes, mayo 29, 2006
Estoy leyendo el material que nos han entregado sobre la elaboración de guías docentes. No se de donde ni como, pero parece que incorporarse al Espacio Europeo de Educación Superior supone (quizás se puede entender como si fuese lo único) elaborar una guía docente. Creo que es una falacia, en nuestro caso eso no está significando nada en absoluto, supongo que no tiene sentido que cada uno por su cuenta, en estos momentos, se ponga a hacer una preciosa guía, replicando de alguna manera lo que hacía en el programa. En mi caso, para repensar la docencia, necesito con urgencia, discutir con mis colegas que comparten plan de estudios, la secuencia, las propuestas y los enfoques. Ponernos de acuerdo en esto sería lo mínimo.
¿Es una utopía? en el contexto universitario en el que me muevo parcece que si.
Por otra parte, la propuesta de formación que se está haciendo, atendiendo al mismo propósito (el famoso EEEES) está enfocado hacia estas cuestiones instrumentales, y no al análisis de lo que está significando la docencia para el profesorado universitario. ¿Cómo concentrarse en ella cuando todavía estamos presionados por las medidas de calidad de la investigación? ¿Cómo profundizar en las propuestas y hacer seguimientos de los alumnos cuando la medida del éxito está dada por la cantidad de proyectos de investigación (y de dinero) que eres capaz de gestionar?
En esos procesos formativos, la voz que se escucha es la de los formadores, que dicen "como deben ser las cosas": cómo diseñar materiales, cómo trabajar la labor tutorial, cómo hacer la guía docente. Pero no se escuchan las voces del profesorado que grita (en silencio) por sus condiciones de trabajo, por las presiones que está sintiendo con cada vez más fuerza.
Al hilo de esto he estado releyendo el magnífico libro de Goodson "Historias de vida del profesorado" En el capítulo ¿Por qué abandonan la docencia las mujeres activistas progresistas? Dathleen Casey dice y en parte me parece que me siento de esta manera:
" A fuerza de omitir las voces de los profesores y profesoras corrientes, lo que hace en realidad la bibliografía sobre las carreras profesionales de los docentes, es silenciarlas. Metodológicamente esto signigica que, aunque estemos estudiando un tema en el que la toma de decisiones tiene una importancia capital, los investigadores especulan acerca de las motivaciones del profesorado o, en el mejor de los casos, las estudian a partir de una serie de opciones prederminadas. Teóricamente lo que se desarrolla es una visión instrumental del profesorado, reduciéndolo a la catergoría de objeto que puede ser manipulado para alcanzar deteminados fines. Políticamente el resultado es una política educativa edificada sobre el oportuno sistema de recompensas y penalizaciones institucional, más que sobre la búsqueda de una coherencia con el deseo de los docentes de dar sentido a sus vidas" y a su trabajo diría yo.
Esto también viene a cuento de las famosas evaluaciones de los alumnos, que en mi universidad es la "única" que se realiza al profesorado y a su función. De allí se saca una media que da la "medida" de tu docencia. Sin comentarios.
viernes, mayo 26, 2006
Estamos en tiempos de cambio en el mundo universitario. Sin embargo la voz del profesorado de a pie es la que menos se escucha.
Nos toca vivir un tiempo de incertidumbre, de cambio de paradigma, que supongo que llevará a cambios en la manera como entendemos nuestro trabajo, en la manera en como nos pers
cibimos y como nos concebimos como profesionales. En suma, en nuestra identidad profesional. Pero supongo que piensan que somos poderosos, que tenemos superpoderes y que podemos adaptarnos a todo y a todas.
Hace tiempo que me apetece abrir un blog en donde pueda expresar aquellas reflexiones que realizo sobre mi trabajo, sobre los problemas y la manera en que veo las soluciones incluyendo, por supuesto un análisis de cómo el contexto en el que movemos, influye en la manera en que nos vemos y concebimos nuestro trabajo.
Un blog es un espacio de comunicación, y eso nos hace mucha falta.